Todos somos traviesos

  “Lo que se ve no se cuenta”… o sí: confesiones del personal de un autohotel Los pasillos callan, pero el personal lo ve todo. 😏 Trabajar en un auto hotel es como tener acceso a una novela de drama, comedia y erotismo en tiempo real. Desde la recepción hasta la limpieza, quienes trabajan en estos lugares tienen historias tan buenas que merecen ser contadas. Hoy te traigo algunas de las confesiones más picantes y surrealistas que me han contado. ¿Preparado para enterarte de lo que pasa cuando nadie más está mirando? 1. “Una vez salieron tres… pero solo habían entrado dos” Una recepcionista contó que, al momento del check-out, vio salir a tres personas de la habitación… cuando en el registro solo habían entrado dos. ¿Milagro? ¿Teletransportación? Nada de eso. Resulta que uno estaba escondido , esperando su momento. Todo fue consensuado, sí, pero el plot twist se dio cuando el tercero salió como si nada… y quería irse sin pagar. 2. “Hay quien viene solo… y pide todo el show”...

  “No es lo que parece”: Las excusas más locas que la gente usa cuando los cachan en un motel Una cosa es entrar a un autohotel con ganas… y otra es salir con una historia que no sabés ni cómo explicar. 😅 Porque sí, a veces pasa: te topás con alguien conocido en el parqueo o simplemente alguien que no debería enterarse... se entera. ¿Y entonces qué hacen algunos? Se sacan la excusa más creativa que tienen debajo de la manga (o de la sábana). Aquí te dejo las más divertidas, surrealistas y absurdas que han circulado por estos pasillos de placer. 1. “Solo vine a dormir porque está cerca del trabajo” Clásico. Porque claro… todos sabemos que la mejor opción para una siesta es una habitación con luces tenues, espejo en el techo y un menú que incluye lubricante. Spoiler: nadie te cree, pero se valora el intento. 2. “Me equivoqué de entrada, pensé que era un hotel normal” Esta la sueltan cuando los agarra en curva alguien del trabajo, un vecino o (¡ouch!) un familiar. Y aunque ...

 Que alguien se lleve un gorro de baño o un jaboncito del auto hotel es casi tradición. Pero hay huéspedes que van más allá… mucho más allá. 😏 Desde lo típico hasta lo absurdo, hoy te cuento las cosas más inesperadas que han desaparecido de un auto hotel. Si creías haberlo visto todo, prepárate. 1. Toallas, pero no solo las pequeñas… Las toallas de los auto hoteles son una tentación. Pero algunos no se conforman con llevarse una de manos… se llevan la toalla más grande que encuentran, o incluso todas. Lo curioso es que, en muchos casos, los auto hoteles ya saben esto y hasta incluyen las toallas en la cuenta final si no aparecen. Así que si estás pensando en “olvidarla” en tu bolso, mejor piensa en el cargo extra. 😉 2. Copas, platos y hasta cubiertos Parece que algunos creen que el servicio a la habitación incluye “souvenirs”. No falta quien termina su copa de vino y decide que sería un buen recuerdo… hasta que la recepcionista le pregunta si la va a pagar o la devuelve. Y...

Si pensabas que en un auto hotel solo se escuchan gemidos y cabezazos contra la cabecera… piénsalo de nuevo. 😏 Entre el éxtasis y la adrenalina, hay momentos en los que el ambiente se llena de sonidos que pueden desconcentrar, causar risa o, en el peor de los casos, hacerte replantear tus decisiones. Así que hoy vamos a hablar de esos ruidos raros que se cuelan en la pasión y pueden hacer que el momento se vuelva… interesante. 1. El colchón protestón Si la cama suena más que los protagonistas de la acción, tenemos un problema. Hay auto hoteles donde el colchón parece haber vivido demasiadas batallas y cada movimiento lo hace crujir como si estuviera narrando una historia de guerra. Nada peor que intentar mantener el ritmo mientras la cama hace un “ñeeec, ñeeec” que marca el tempo mejor que un metrónomo. 2. La turbina del aire acondicionado El aire acondicionado es una bendición, pero en algunos auto hoteles tiene dos opciones: ser silencioso o parecer un avión despegando . Ju...

  Si las paredes de un auto hotel hablaran… no lo harían, gritarían . 😏 Es un hecho: los auto hoteles son el epicentro de encuentros ardientes, donde los gemidos y gritos pueden ser parte del menú sin que nadie los juzgue. Pero, ¿qué tan fuerte es demasiado fuerte? ¿Hasta dónde es pasión y cuándo se convierte en un espectáculo para el cuarto de al lado? ¿Quién grita y por qué? Los gritos en un auto hotel son como las señales de tráfico: pueden indicar varias cosas. Hay quienes gritan por puro placer, otros por puro show, y algunos porque han visto una araña en la cama (sí, pasa). Los apasionados: No lo pueden evitar, están tan metidos en el momento que cada sensación se convierte en un sonido. Los exagerados: Les encanta que todos sepan que la están pasando increíble, aunque en realidad estén más en un casting que en la acción real. Los ninja silenciosos: No emiten ni un sonido, pero cuando escuchan al cuarto de al lado, se muerden los labios para no soltar una carcajada...

Si estás aquí, es porque te gusta el juego, el placer y, sobre todo, la libertad de disfrutar sin tapujos. Déjame decirte algo: estás en el lugar correcto. Soy Rosita Bonita, y este es un espacio donde hablamos de lo que pasa en un auto hotel sin rodeos. Historias reales (o casi), consejos para disfrutar al máximo y secretos que muchos no se atreven a contar. Porque un auto hotel no es solo un cuarto con una cama: es un escenario para el placer, la aventura y las experiencias que te dejan sin aliento. Cada semana, te traeré relatos, recomendaciones y todo lo que necesitas para hacer de tu próxima visita algo inolvidable. Así que dime… ¿te quedas a jugar? 😉